En una acción voluntaria y comunitaria de limpieza en el borde del río Cautín, en la que participé, logré visualizar residuos contaminantes provenientes de negocios y locales que
dicen ser sustentables y ecológicos en la comuna de Temuco.
El lavado verde utiliza diferentes estrategias, como la desinformación sobre la procedencia
de los productos, su fabricación, comercialización y posterior desecho, con el objetivo de
hacer creer a los consumidores que, al adquirir dichos productos, también están
beneficiando a la naturaleza. Para ello, emplean términos como ecológico, natural,
sustentable, sostenible y amigable con la naturaleza, sin contar con evidencias que lo
respalden. Ejemplos de esto son las constructoras "sustentables", las embotelladoras
"ecológicas", las fábricas "amigables con el medio ambiente" y, quizás, incluso en algún
momento nos presenten una ¡minera sustentable y ecológica!
Cabe resaltar el interés de las personas en cambiar ciertos hábitos de consumo y adoptar
acciones para mitigar el cambio climático, exigiendo a las empresas un sello verde antes de
consumir sus productos. Un 71% de los chilenos cree que el cambio climático ha afectado
su vida, según una encuesta de Datavoz encargada por la ONG FIMA, lo que refleja el
creciente nivel de conciencia ambiental en el país.
Por ello, es fundamental que los consumidores sepan detectar e identificar estas prácticas
engañosas al adquirir productos y servicios, revisando el etiquetado y aprendiendo a
interpretarlo correctamente.
Nos falta una ley. Hace más de un año ingresó al Senado un proyecto para regular, prevenir
y sancionar el lavado verde de imagen en las empresas. Sin embargo, este aún no es
prioridad para nuestros parlamentarios y sigue en espera de votación y aprobación.
Esperamos que en 2025 finalmente se apruebe y publique.
Mientras tanto, es crucial exigir a la Oficina de Protección al Consumidor información
fidedigna y actualizada sobre los servicios y productos que realmente cumplan con los
estándares comprobados de sustentabilidad. Así se podrá dar respuesta a usuarios y
consumidores conscientes, que demandan información clara sobre los productos y servicios
que llevan a sus hogares.
Necesitamos entidades con un compromiso real y efectivo con el cuidado del medio
ambiente. Necesitamos parlamentarios que prioricen esta causa. Solo con medidas
concretas, visibles y medibles lograremos avanzar en la protección de la salud de la
ciudadanía y de la naturaleza.